Volver a pisar estos territorios olvidados dónde nadie gusta escarbar
Así un poco de paz a un alma revuelta
Para saber si se transita de verdad entre este mundo y el otro
Veamos qué tal resulta esta forma de vaciar las tripas
Volver a pisar estos territorios olvidados dónde nadie gusta escarbar
Así un poco de paz a un alma revuelta
Para saber si se transita de verdad entre este mundo y el otro
Veamos qué tal resulta esta forma de vaciar las tripas
Con un bostezo Zos se cansó y cayó dormido. Tras un breve
momento, el hedor lo despertó -pues se había dormido al lado de los bebederos
de los animales- y observó que la multitud ya no estaba con él, tan solo los
CERDOS permanecían. Entonces refunfuño y habló así: “¡aún no he perdido toda
relación y ya estoy por eso casi asfixiado! ¿Es que estoy atrapado en el
trabajoso sentimentalismo, las alucinaciones morales en el ir y venir de las
olas de las esperanzas y los miedos? ¿Es que puede la vejez por sí misma
transmutar el deseo? Aún no he distinguido entre ilusión y verdad, pues no
distingo a los hombres de los cerdos, ni los sueños de la realidad; o tal vez
tan sólo hablaba conmigo mismo. Tampoco sé a quién mi anatema le resulta más
impresionante... ¡Mi soliloquio insensible es comido como una revelación!
Aquello que hablé con pensamientos esforzados para hacer fuerte a la iniciativa
tan sólo produjo bramidos más porcinos. El agua no está sola en encontrar su
nivel. ¡No he encontrado a la tragedia, no, no en esta vida! Si, quizá no haya
ahogado sus doctrinas en las tablas de la Ley o en los bebederos de animales,
pero al menos no he expulsado la carne de los sueños. Y dando vuelta hacia su
luz, Zos dijo: Esta es mi voluntad, ¡Oh! Tu, Glorioso Sol. Estoy cansado de mis
serpientes descendiendo, haciendo aguanieve. Me despido de la antítesis. He
sufrido. Todo está pagado. Permíteme ir hacia adelante y recrear mi sueño.
Fragmento de ANATEMA DE ZOS El SERMÓN A LOS HIPÓCRITAS Un
escrito automático por Austin Osman Spare Traducción libre de Julián
Moguillansky